El conocido dicho que reza "no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista", no aplica en Honduras. Cuatrienio tras cuatrienio, gobierno tras gobierno, la historia se repite. Y es que en éstas honduras donde el fondo se profundiza y parece interminable, aún sobreviven individuos centenarios en lugares en donde el servicio eléctrico es una utopía en el imaginario. Hace apenas un gobierno atrás, se censuraba el control que ejercía una sola familia sobre el manejo público del país y su repercusión en el desarrollo privado. Hoy, los que llegaron con la promesa de cambio y transformación positiva, repiten la misma historia que sus antecesores. Parece que persiste el "mal" de supeditar el cuerpo y alma de los hondureños, el de continuar la promoción de una clase "gobernante" por sobre la población de "súbditos" a los que se le impone leyes a placer para mantener al "monarca" y al séquito de "vividores". En menos de dos años, el actual gobierno se ha encargado de alejar o desencantar a aliados claves que fueron determinantes en su ascenso al poder de la nación Hondureña. Lo paradójico de lo que acontece a nivel de conduccion del estado de Honduras es que las lecciones legadas siguen sin ser aprendidas: leyes impopulares son transitorias y derogadas por los siguientes gobiernos y... las acciones que se ejecutan como "blof" para obtener ventaja particular, duran muy poco. Mientras los gobernantes sigan ejecutando las mismas acciones una y otra vez, seguiremos girando en el mismo círculo de atraso que se activa con cada gobierno. Solamente dándo seguimiento a objetivos claros y aceptados por la mayoría de la población hondureña, se logrará trazar ruta hacia el desarrollo y romper de una vez por todas, en favor de esa nueva generación de hondureños, el ciclo de pobreza. No queremos que ellos también sufran los 100 años de soledad! Allan Bernardez Marzo 19-2023
Ante tal opinión valedera sobre mal proceder de quienes han ejercido la administración del estado llamado gobierno podemos observar la consecución de errores y horrores desde su condición académica de primer nivel educativo, por tanto, se hace necesario de exigirnos construir nuevas estructuras sociales y políticas convergentes en busca del equilibrio y gobernanza del pueblo en general, que, para ello el diálogo nunca quedará obsoleto.